miércoles, 29 de octubre de 2008

PENAS DE AMOR


Siempre he creído que nosotros, los seres humanos somos muy parecidos cuando estamos en el amor, en el enamoramiento. Pero en el desamor, en la etapa de corazón roto cada quién reacciona diferente, nunca sabemos cómo nos vamos a comportar. Y cada pena de amor (porque es un hecho que si bien hay una que es la que recordarás de por vida, casi todos tenemos que pasar por varias) es distinta. La ruptura de corazón no respeta edades, clases sociales o sexo. No depende de si te abandonaron, te pintaron el cuerno o simplemente no funcionó. Su intensidad tampoco tiene que ver ni con cuánto duraron ni de si fue un simple período de amor.
Hay quienes se refugian en sus amigos y en la peda, hay otros más masoquistas a los que les gusta poner rolas tristes, sacar el álbum de fotos y, pa echarle más limón a la herida, oler la camiseta que el o la susodicha olvidaron en la sala. Pero el pedo es que hagas lo que hagas, hay un “algo” de esa otra persona que te persigue hasta el baño, en la cola del super , cuando te agarraste a alguien más por despecho y hasta cuando te ríes, esa sombra te dice de alguna u otra manera: "de qué chingados te ríes si sabes te estoy doliendo."
Escribo de la pena de amor porque no la tengo, si así fuera no podría escribir. Lo que pasa es que en estos momentos tengo a dos o tres amigos con ese típico suspirito que sabes qué significa pero que no puedes solucionar con un chiste. Y lo dices, y se ríe, pero por los ojos se les escapa uno de esos rayos que salen también cuando te pisan un callo, cuando te muerdes la boca, cuando te das un golpe en el nervio del codo.
Un amigo decía que la pena de amor sigue la regla de los tres segundos, esos miserables tres segundos que vives (o mueres) a la hora de despertar en los que empiezas a tomar consciencia de tu vida, en el primero no sientes nada, en el segundo sabes que algo anda mal aún sin tener claro qué, y en el tercero te cae la nube encima y deseas no haber despertado. Tus acciones, que ya estaban condicionadas por el o la otra parecen sellos indelebles en tu día, es decir, o volteas al lado para saber si está, o tomas el teléfono para llamar a alguien a quien ya lo le vas a llamar, o planeas tu día dejando un espacio que sabes que le pertenece a la otra persona, pero esta no va a llegar, ni eres bienvenido (a) en su casa…ni en su coche, ni en su msn, ni vas a poder volver a ver a sus amigos ( con los que , pa acabarla de chingar, te llevabas de pocamadre).
Sabemos que superada la pena de amor, viene el enojo, el asco, el ¿porqué anduve con esa vieja (o con ese güey según el caso)? y qué hueva me daban sus amigos y su familia. Pero eso no lo sabemos cuando andamos con la tristeza colgando del lomo, cayendo en algunos clichés, y descubriéndole nuevas rutas a la tristeza.
Cat Stevens dice “The First Cut is the deepest” y es como la primera cruda, tienes una sensación en tu cuerpo que nunca antes habías sentido. Ya con el tiempo le puedes hasta recorrer las cicatrices al ventrículo izquierdo y a la ahorta. Pero no deja de doler.
Los consejos de la gente siempre son una mierda, la verdad, porque hay algunos que te lanzan la estocada de “a mi nunca me cayó bien” o “qué bueno porque te ponía el cuerno” y demás cosas que no ayudan. Luego están los que te llaman incesantemente para invitarte a una fiesta o a un café en donde te la vas a pasar aún peor que echando lágrimas y mocos en tu cama, luego los que, al no tener recursos y de buena fe te dicen, “vas a ver que cuando menos te o esperes vas a encontrarte a alguien mucho mejor” y lo único que te importa es que ahorita te la estás pasando de la ñonga y que “cuando menos te lo esperes” está aún muy lejos y que para entonces ya ni te acuerdas de la (el) pinche ratero(a) criminal que se robó tu corazón y lo está vendiendo crudo y en cachitos en la carnicería de la esquina.
La verdad del caso es que si, en efecto, hay muchas cosas que ayudan, gente que ayuda, lugares que ayudan. Pero así como a la herida la venda o un curita, así lo demás para el hueco que irremediablemente, sigue sangrando. No hay remedio ni inmediato ni que dure hasta la noche, hasta los tres segundos del día siguiente, ni para la boda a la que irás solo. Pero si de algo les sirve, acuérdense de alguna pena de amor de la que pensaban que nunca iban a salir y ahorita se las pela….¿apoco no?
ROCKEEN DURO, PAZ¡¡¡

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y tu como superas las penas de amor???

Anónimo dijo...

Y si tu ex sufre de amor por ti???